Reseña: Ante la muerte de su amada esposa, Kotaro -a quien no le ha sido dado el don del llanto- decide contratar a las hermanas Izumi, tres actrices que llorarán la ausencia de Oriko como ella merece: de mañana, de tarde y de noche, sin descanso. Pero las muchachas han sido entregadas por su padre a la demencia de un lunático usurero, el gigante Kazuma, poeta perverso que, junto a sus cuatro monos nihonzaru, las tiene esclavas en su árbol, sometidas a delirantes y obscenos caprichos que recopila en un libro erótico narrado e ilustrado por él mismo. Shunga remite, desde su propio título, a las clásicas estampas japonesas cuyo tema central son extraños encuentros sexuales con acrobáticas posturas que suelen involucrar la presencia de criaturas fantásticas. Entre lo bello y lo terrible, con absoluta armonía y refinamiento exquisito, la prosa de Martín Sancia Kawamichi avanza contundente y desoladora, y se alimenta de una poética que recuerda a grandes narradores del mundo flotante como Yasunari Kawabata, Jun'ichir? Tanizaki o Edogawa Rampo.