Reseña: Cuenta la leyenda que cuando el pueblo qom llegó a las orillas del río Bermejo, siempre era verano. Los qom eran felices: bailaban y agradecían siempre al Espíritu del Bien. Para el Espíritu del Mal, en cambio, no había canto ni baile. Y ese fue justamente el problema. El Espíritu del Mal planeó una venganza. Algo que nadie, ni el Espíritu del Bien, podía deshacer. Un problema terrible para una leyenda tan hermosa que dan ganas de contarla una y otra vez.