Reseña: Víctor Hugo Morales nos invita a reencontrarnos con algo que parece extemporáneo, con fragmentos de un discurso amoroso en el que vuelven a anudarse un delicado erotismo, el deseo, encuentros y desencuentros de cuerpos y miradas, todo ello bajo el signo del 'azul', el color emblemático del romanticismo desde Novalis. Sin embargo, el lenguaje no se recupera fácilmente de las violencias que le provocamos cada día, y de hecho ese azul es también una herida. Fiel a este tiempo, Morales nos muestra que resulta necesario un trabajo previo a todo decir amoroso, que la lengua debe tantear, buscar, ensayar para nombrar algo que por fin sea significativo. Por eso es que el fraseo se vuelve espacio sobre el papel y forma figuras ondulantes; las palabras algunas veces se torsionan en neologismos para tentar otros sentidos 'rabiamor', 'desenfantasmar' o incluso hablar es 'traducir una y otra vez sinsentido'. Quizá por todo esto, Víctor Hugo nos presenta La herida azul bajo el subtítulo intención poética. Ese es el ejercicio que nos propone: reinventar un lenguaje posible para el amor.